No es muy difícil encontrarse ofertas de trabajo en el mundo del software con cada vez más extras. Comida, bebida, horario flexible, mesas de pin pon, guardería para los niños, pet friendly 🐶 y consolas y futbolines.
Ya todo vale para atraer al talento, y no quiero engañarte. Muchos de los extras que añaden las empresas me encantan.
Incluso veo lógico que algunos se vuelvan casi imprescindibles, estamos en un mercado con tanta oferta y… Cuando en otros sectores sería una locura pensar que podrías tener a tu perro durmiendo al lado, mientras trabajas en la oficina, en el nuestro es algo cada vez más habitual. Nos hemos acostumbrado a los extras, yo también.
Lo que me asusta es cuando estos extras se convierten en medida de calidad de una empresa o del equipo en el que vas a trabajar. No, no y rotundamente no ¡SON EXTRAS! Que están genial y sinceramente a mi cabeza le costaría cambiar de empresa y que pretendieran cobrarme los 4 cafés que me tomo al año. Pero son extras.